Metaverso ¿Estamos listos?

por | Jul 22, 2022 |  Experiencias,  Tecnología,  Cultura

Snow Crash, de Neal Stephenson. Año 1992. Cuando lo más cercano a la virtualidad que algunos teníamos era el Súper Mario Bros, justo ahí, nace una idea: El Metaverso.


En este libro, las personas usaban avatares digitales de sí mismas para explorar el mundo en línea, como una forma de escapar a una realidad poco deseada. Hoy, treinta años después, la ficción ya es una realidad. Los Metaversos son entornos de un ciberespacio carente de limitaciones físicas. Una ventana a un universo paralelo, tan real como ficticio, que sólo creíamos posible en las películas. El Metaverso es, entonces, un mundo virtual al que nos conectamos por medio de dispositivos que nos permiten interactuar en él, haciéndonos pensar que estamos efectivamente dentro, y donde no importan la distancia ni el tiempo.

Y, como toda (re)evolución, viene cargada de una serie de controversias y ambigüedades propias de su naturaleza disruptiva: por un lado, el ideal, el progreso y la idea de “no limits” llena de oportunidades y experiencias únicas nos hacen sentir que podemos siempre ir más allá, jugando un poco a ser omnipresentes. Porque en el Metaverso podríamos visitar la casa de Frida Kahlo a la mañana, tomar el té de las cinco en Buckingham mientras negociamos la compra de lotes virtuales (si tu economía te lo permite, podes hacer inversiones) para luego, entrada la noche, asistir a un concierto de los Rolling Stones.

El Metaverso es un mundo virtual al que nos conectamos por medio de dispositivos que nos permiten interactuar en él, haciéndonos pensar que estamos efectivamente dentro.

Pero, por otra parte, entran en juego las cuestiones propias de la construcción del ser humano como tal y su relación con el mundo; su psiquis y la percepción de sí mismo dentro de la cotidianeidad real, que se encuentra muy lejos de la realidad aumentada que ofrece el Metaverso. En el mundo tangible la cosa termina cuando las luces se apagan y somos los que somos aunque algo de nosotros no nos guste. El personaje que creamos a nuestro antojo mediante códigos se termina cuando nos descubrimos sentados en el sillón de casa, luciendo un par de anteojos de realidad virtual, mientras el mundo sigue girando.

Es indiscutible que el potencial del Metaverso nos abre un abanico de posibilidades. Desde el ámbito de la cultura, el arte y entretenimiento promete visitas a museos de fama mundial, obras de arte mejoradas a partir de la realidad extendida y eventos online en ciento ochenta y hasta trescientos sesenta grados.

El personaje que creamos a nuestro antojo mediante códigos se termina cuando nos descubrimos sentados en el sillón de casa, luciendo un par de anteojos de realidad virtual, mientras el mundo sigue girando.

En el ámbito de la educación crea entornos donde el aprendizaje será aún más personalizado y ajustado a los gustos y necesidades de los estudiantes, ofreciendo así un sistema educativo sin precedentes, en el que podremos aprender historia vivenciando el cruce de los Andes en primera persona, o física dentro del laboratorio de Marie y Pierre Curie. En el ámbito de la salud, perfecciona técnicas quirúrgicas y mejora la calidad de formación de sus profesionales. Estos son solo algunos, pero la lista seguramente se está ampliando mientras escribo esta nota.
Sin dudas, el Metaverso nos permitirá vivir dos vidas, la que nos tocó y la que nos gustaría vivir. Pero la pregunta es: ¿qué tan estab
le está nuestra humanidad para traspasar este límite?


Producción:
Surtido – Redacción: Sofía Schroeder – Edición y dirección: Marie La Rocca – Asistente: Morena Waisman

 

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